LA QUIERO CON MÁS POTENCIA

La radio de Samaniego tiene sus inicios en 1961 y surge como una curiosidad del señor Segundo Montenegro (12 de abril de 1919 – 24 de febrero de 2000). Por eso, contar la historia de este aficionado de los equipos de amplificación y la radio es mostrar el amplio panorama de la radio local.

Oriundo de la ciudad de Ipiales, Nariño, viaja a Samaniego en 1938, en busca de mejores oportunidades, y se establece definitivamente en este lugar del centro occidente nariñense. Inicialmente tuvo una fábrica de calzado, pero luego montó un bar (cantina). Compró un amplificador, tocadiscos y cornetas, las cuales las hacía funcionar en fiestas populares o simplemente desde su casa, ubicada en el asiento de la plaza principal, plaza de la independencia, hoy parque Sol Andino.

Fue un hombre que muy pronto se integró a la sociedad samanieguense y empezó a ser parte de organizaciones cívicas y culturales como la banda de músicos y el Club Social y Deportivo Independiente Samaniego, del cual fue su vicepresidente, por allá en 1953. En ese “trajín” de luchar para sacar adelante el club deportivo se hizo muchas actividades de tipo festivo, donde Segundo Montenegro fue fundamental con su voz y sus equipos de amplificación.

De los tiempos en que a las damas había que pagárseles para sacarlas a bailar, muchos aún recuerdan las expresiones de este pionero de la locución diciendo: “haber, haber, a pagar a pagar, cómprele la colombinita y quédese con el palito”.

En San José de Albán surgió la idea.

Algún día, de esos que traen buenos augurios, el equipo de fútbol del club fue invitado a San José de la Erre, hoy San José de Albán. Don Segundo no podía faltar en la delegación. El club contaba con un grupo escénico y para su presentación en el municipio norteño debía llevarse la amplificación. Ese viaje fue de gran importancia para don Segundo, como él decía: “fue allí que se generó la idea de la emisora”.

A la hora del encuentro deportivo llegó la hora de los saludos, don Segundo orgulloso encendió sus aparatos y Héctor Ibarra León tomó los micrófonos para agradecer a los anfitriones, al instante les retornan el saludo y la sorpresa fue cuando se dieron cuenta que se trataba de una transmisión por la emisora local.

¿Cómo podía ocurrir eso, en un pueblo más pequeño que Samaniego? ¿Cómo lo hacen? Fueron las preguntas que se hizo nuestro protagonista y las cuales sirvieron de base para su investigación. En seguida se puso en contacto con los radioaficionados y pudo enterarse sobre el procedimiento que debía hacer para instalar una emisora igual en Samaniego.

¡Claro! no podía ser igual, las aspiraciones del señor Montenegro fueron más grandes. Al otro día regresó a Pasto y se dirigió a la dirección que le dieron los locutores aficionados de la emisora de San José. “… La quiero con más potencia…” le recomendó al técnico Leovigildo Torres, propietario de “Radio Torres”, un señor que resultó ser también de la ciudad de Ipiales. Cerraron el negocio dejándole el 50% por ciento del costo total.
Y así la llamaron…

No pasaron dos meses cuando instaló la antena y el transmisor en onda corta, para salir a despertar las ondas del aire samanieguense. Los primeros días funcionó en la casa del señor Reinaldo Bastidas (calle 6, carrera 4, esquina) y pocos imaginaban lo que se estaba generando.

Transcurrieron algunos días, y fue cuando el entusiasmo del propietario secundado por Héctor Ibarra León los llevó a “medírsele” y realizar la primera transmisión de un partido de fútbol en Samaniego. Jugaba el Club Deportivo Huracán con un equipo de la capital en lo que hoy es el polideportivo municipal, antes “Plaza Rojas Pinilla”, recordaba el señor Montenegro.

Desde la casa de don Zenón Benavides (q.e.p.d.) el señor Ibarra León se convirtió en el primer locutor de la localidad y fue prácticamente la presentación en sociedad de la naciente emisora. Inicialmente la gente la llamó la radio Montenegro, luego se hizo un concurso entre los oyentes para definir el nombre oficial de la estación radial. El jurado conformado por personas prestantes de la población decidió que la ganadora era la señorita Ruby Cecilia Santander con su propuesta “La Voz de Samaniego”. Este hecho quedó registrado en un acta que aún se conserva y la cual deja ver el carácter cultural de la naciente emisora, el encabezado dice: “Acta de escogencia del nombre de la emisora cultural “La Voz de Samaniego”.

De esa primera etapa, años sesentas y setentas, la gente recuerda los programas de complacencias, los especiales del día de la madre y el desfile artístico de tríos veredales. También se daba participación a los clubes deportivos y por su puesto a la parroquia, con espacios de evangelización. Un ejemplo es el del padre Efrén Ortega Ruales, que lo denominó “Construyamos un mundo mejor” y que se transmitía los domingos de 7 a 8 de la noche.

Su lucha un sueño gigante.

Desde entonces su vida giró alrededor de la emisora y los equipos de amplificación. Su influencia por el gusto hacia el medio ha sido total para sus nueve hijos, razón por la cual cuatro de ellos han tenido su propia emisora (Wilson, William, Norberto y Edgar), los demás se han visto vinculados como técnicos, controles, electricistas y locutores (Ricardo, Miriam, Jaime, Fortunato, Ángel y también Norberto) de los cuales vale la pena resaltar por su particular timbre de voz a Jaime y Norberto, excelentes profesionales del micrófono.

Su lucha de siempre fue la conquista de la licencia. Hizo diferentes actividades socioculturales y la población se solidarizó con la idea. Realizó gestiones con ayuda de amigos de la política, a los cuales les sirvió muchas veces gratis, pero nunca pudo obtener el permiso del Estado.

Aún se conserva los documentos y las cartas que cruzaron con el Ministerio de Comunicaciones y su abogado, el doctor Diego Renato Salazar, quien en uno de sus últimos mensajes manifiesta a su cliente que tendrá que financiar y atender a dos técnicos que se transportarían vía aérea desde Bogotá para hacer la respectiva revisión del edificio y los equipos de transmisión, algo imposible por la crítica situación económica que afrontaba, a finales de los años setenta, donde Segundo.

Y apareció la competencia.

Después de emitir en horarios cortos y temporalmente por muchos años, en 1988 le llegó la competencia. Don Edgar Melo, una persona entusiasta que trabajaba como secretario de un juzgado, en Túquerres, instaló otra emisora, esta vez en A.M. y con un criterio marcado por la influencia de la radio comercial.

Coincidencialmente es la señora Ruby Cecilia Santander Bastidas, quien bautiza a la nueva emisora con el nombre de “Radio Ciudad Paisaje”, utilizando el mismo método del concurso.

Paralelamente don Laureano Solarte hacía pruebas en otra frecuencia, intentando consolidar una emisora que no logró sacar adelante.

Mientras don Segundo Montenegro transmitía cuatro horas diarias, de cuatro a ocho de la noche, la nueva estación cubría doce horas al aire, de 6 a.m. a 10 p.m. La programación era netamente musical, con la adición de mensajes comerciales grabados que les representaba algunos ingresos económicos.

Frente a esa situación no había que quedarse atrás. La Voz de Samaniego hizo lo mismo, instaló transmisor en A.M. y para competir, las dos emisoras, tuvieron que dotarse de música de temporada y buscar una persona que este permanentemente informando la hora. No faltaron aficionados del micrófono, muchachos jóvenes que poco a poco se fueron perfeccionando.

El decomiso no fue el fin.

Se formaron nuevos locutores, se dotaron de mejores equipos y adquirieron experiencia en la grabación de “cuñas” que para ese entonces se hacían utilizando decks o equipos de sonido. En radio “Ciudad Paisaje” surgieron luego programas culturales realizados por intelectuales y personas altruistas que vieron en este medio una gran posibilidad de socializar conocimientos, entre ellos: “Sol Naciente” realizado por jóvenes del Centro Socio Cultural Samaniego, coordinados por Germán Obando Melo; “Proyecciones Culturales” dirigido por el especialista Hugo Bastidas Ruales, “Miscelánea Radial”, del señor Miguel Ruales y Proyección Comunal Participativa del tecnólogo agroforestal Fidel Rosero Cortés.

Con ciertos roces, sátiras y disgustos ambas soportaron la competencia; pero no pudieron contra el poder del Estado. Tuvieron que suspender emisiones en el año 1989, luego de un decomiso que hizo el ejército nacional, llevándose consolas, micrófonos, amplificadores y los sueños de todo un pueblo.

Sin embargo, no faltaron los hijos de don Segundo Montenegro, estimulados por la vena radial, para que en corto tiempo (1990), sin permiso legal y a riesgo propio pusieran a funcionar otra emisora, ya no con los mismos equipos pero sí con el mismo nombre y con la misma pasión por el medio. Primeramente lo hizo Wilson en su casa del barrio Alcázar y al claudicar éste, por razones económicas, prosiguió el especialista William Montenegro Chamorro quien la hizo funcionar en su habitación del barrio Industrial, en la carrera quinta.

El transmisor de la antigua radio “Ciudad Paisaje” lo compró Raúl Andrade, quien lo puso en marcha fundando la estación “Galaxia Musical”, emisora que sólo funcionó siete meses, para luego llevársela a la Hormiga Putumayo.

Para 1993, Edgar Montenegro, medio hermano de William, pone a funcionar otra estación en A.M. denominada “Frecuencia Musical”. Los dos hermanos entran en competencia y se distan sus relaciones en la lucha por ganarse el aprecio y la sintonía de los oyentes.

William acepta el reto y pone a funcionar una tercera emisora, la primera en frecuencia modulada, “Ideal F.M. Stéreo”. La competencia no declina, suspende “Frecuencia Musical” y saca al aire “Candela F.M. Stéreo”. La audiencia samanieguense, para esa época, fue privilegiada con las tres alternativas radiales, pues por el relieve montañoso de la zona la señal de las grandes emisoras de cadena nacional no entra bien. Vale la pena destacar que los transmisores de las tres emisoras fueron realizados por el conocido radioeléctrico Francisco Sáenz, oriundo del municipio de Sandona, Nariño.

Y por fin lograron la licencia.

En 1997, el profesor William Montenegro Chamorro logra la adjudicación de la licencia de funcionamiento y en ese momento se acaba la competencia. Gracias a la apertura presentada en la constitución de 1991, donde se legisla sobre emisoras comunitarias, el Ministerio de Comunicaciones abre licitación y hace la respectiva convocatoria. La familia Montenegro se organiza en el grupo asociativo “La Voz de Samaniego” y gana la licitación, después de presentar el proyecto con todas las exigencias del caso. La emisora autorizada ya no se llamará La “Voz de Samaniego”, ni “Ideal Stéreo”, los propietarios la identificaron como “Samaniego F.M. Stéreo”. Hoy tiene más cubrimiento y mejor calidad de sonido.

El sueño de su padre lo hizo realidad uno de sus hijos, pero don Segundo Montenegro no claudicó en su empeño hasta el día de su muerte. A sus 81 años todavía pensaba en sacar al aire la emisora que por vez primera alegró los ratos tristes y oscuros del polvoriento Samaniego del pasado. Con voz entre cortada decía: “La propia historia de la emisora la voy a contar un 15 de octubre, que es el día en que la inauguramos oficialmente en 1961… ese día la prenderemos un rato para dar gracias a todas las personas que me acompañaron y ayudaron a forjar esta emisora…”

En el portón de su casa, aún permanece una placa que anuncia la emisora: “Radio La Voz de Samaniego”. Hacia el interior los espacios compartidos con su esposa Celina Chamorro (q.e.p.d.) y sus hijos, están adecuados en las modernas instalaciones de la actual emisora, allí están la secretaría, la sala de grabación, la cabina de locutores y el cuarto de los equipos. En la planta alta vivió don Segundo, rodeado de bafles, cornetas, micrófonos, los antiguos armarios y divisiones de lo que fue la distribución de su vieja emisora, perfectamente organizada.

Entre todas esas cosas llamó la atención un cuarto lleno de discos, recuerdos imborrables y supremamente intocables, cantidad de producciones en acetato de 33, 45 y 78 revoluciones que hoy hacen parte del ayer por su desuso; pero que dejan huella de un pasado pletórico de poetas y talentos innatos de un mundo de fantasías. Allí están tan brillantes que parecen nuevos, cuidadosamente organizados en andamios y debidamente señalados en su ritmo, como si en verdad alguien pensara llegar a desempolvarlos y ponerlos a rodar en una vieja rockola, como un homenaje a todos los que hoy se hacen merecedores de inscribirlos en las páginas de esta historia de la radio samanieguense.

Proyecciones de la radio.

La emisora en la actualidad se consolida como una de las mejores del departamento de Nariño por su organización, infraestructura, dotación y talento locucional. Ha renovado su permiso por diez años más (hasta 2019) y está emitiendo también a través de la red en la página www.samaniegostereo.tk. Su reto es el de la gran mayoría de las emisoras comunitarias del país, cumplir a cabalidad el fin para el cual fueron creadas, planteado por la legislación de radio comunitaria en el decreto 1445 de 1995, orientado hacia el fomento de la participación comunitaria para incidir en el fortalecimiento de la democracia y por ende en el desarrollo socio cultural de los pueblos. En ese sentido es válido resaltar que existen ya tres importantes programas de participación cuyos resultados saltan a la vista de toda la comunidad, el primero es “Usted y el deporte” dirigido por el docente José Gerardo Gómez y que convoca efectivamente a gran parte del gremio de deportistas; el segundo es “Agenda Alternativa” dirigido por el comunicador social Jairo Montenegro Díaz y con un trabajo interesante con el grupo de amigos de la biblioteca pública “Cocuyos”; el tercero es “Panorama Educativo” dirigido por el sindicalista Jairo Melo López, quien se ha convertido en la voz no solamente del magisterio, sino también de sectores como desplazados, moto taxistas y víctimas de la violencia, entre otros.

Debido a la falta de apoyo por parte de las entidades oficiales para financiar la compra y mantenimiento de equipos, el pago de impuestos, servicios públicos y la debida contratación y capacitación de personal, así como también la puesta en marcha de proyectos comunicativos pertinentes, un gran porcentaje de la programación sigue siendo musical. No hay que olvidar que el interés por una “radio social” debe nacer de las mismas comunidades y ese interés no surge sino hay la suficiente información y formación sobre el significado y la importancia de las emisoras comunitarias. En ese sentido, es importante que las entidades estatales y de carácter cultural y comunitario orienten sus esfuerzos para generar diálogos de reflexión sobre la validez de participar en la radio y crear sus colectivos de comunicación, que presenten proyectos concretos para la aprobación de la junta de programación de la radio comunitaria. La población que siempre ha actuado como receptora debe, en aras de ejercer sus derechos de opinión, expresión, el de dar y recibir información, perder el miedo y romper el mito de que en la radio sólo hablan los que tienen voz bonita o sólo los “cultos” 

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